Quien sino Dios, YHWH, ha dado la sabiduría al hombre. El espíritu de Dios, que habita en todos nosotros, es el que nos da la sabiduría, la ciencia, el conocimiento. Nada somos ni sabemos por nosotros mismos, a cada uno da su propio talento, como las manos o las piernas o los ojos o los pies son en un cuerpo, así cada cual es con los talentos que el Padre nos da.
No es el hombre el que hace las cosas, es el Padre quien las hace, el hombre es solo su vehículo. Nada de lo que existe es del hombre, es el Padre quien hace, el Padre el que inspira, el Padre el que da. El enemigo nos ciega haciéndonos creer que somos nosotros los que hacemos, los que creamos, los que imaginamos y con eso nos engaña y aleja de el Padre.
Pero nuestro Padre celestial es primero y su verdad jamás será oculta, en El es todo, en El somos uno, somos por El y por el espíritu de vida que pone en nosotros. Somos todos uno en El, por eso debemos amar primero y sobre todo a El, porque de El somos, y al prójimo como a nosotros mismos, porque somos uno en El, porque tenemos del espíritu de vida que nos ha infundido El.
Nada es imposible a quien ha puesto su vida en manos del Padre, Bendito sea por siempre. Alabanzas y gloria por siempre a nuestro Padre celestial, YHWH, a su santísimo hijo, nuestro señor Jesús Cristo, por su amor y misericordia y por sus grandes enseñanzas, por su gran sacrificio que nos salva de la muerte a la que estábamos condenados por el pecado, bendito es su Santo Espíritu que nos envía como consolador, para darnos luz en medio de la oscuridad. El tiempo de la llegada de nuestro señor Jesús Cristo esta pronto, preparémonos leyendo su escritura, pues todas sus señales se están cumpliendo, no seamos como las vírgenes imprudentes, llenemos de aceite nuestras lamparas para que ardan en el día del Señor, sea por siempre la gloria, la honra y la alabanza para nuestro Padre celestial, YHWH.
