miércoles, 22 de junio de 2011

La fe de Abram le hace acreedor de las bendiciones del Señor, a pesar de las adversidades que le pudieran rodear, siendo Abram ya mayor Dios le promete descendencia, le dice, según relata génesis 15, 1 "Después de estas cosas fué la palabra de YHWH á Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón sobremanera grande." El temía no tener descendencia, pero cree en la palabra de YHWH y esto le es contado por justicia.


Nuestro Señor YHWH también en esta oportunidad le indica a Abram lo que ocurría a su descendencia, como relatan en genesis 15, 13-16 "Entonces dijo á Abram: Ten por cierto que tu simiente será peregrina en tierra no suya, y servirá á los de allí, y serán por ellos afligidos cuatrocientos años. Mas también á la gente á quien servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con grande riqueza. Y tú vendrás á tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez. Y en la cuarta generación volverán acá: porque aun no está cumplida la maldad del Amorrheo hasta aquí." En esto está claro que corresponde a la estadía de su descendencia en Egipto, como se corrobora en Éxodo 10, 40 "El tiempo que los hijos de Israel vivieron en Egipto fue de cuatrocientos treinta años.", Y nos evidencia la justicia del Señor que espera hasta que el Amorreo llegue al colmo de sus abominaciones, es decir, cuando su maldad ya llego al tope le llega juicio y debe ser expulsado para permitir que los escogidos del Señor tomen posesión de la tierra que Dios les da por Herencia.

Y delimita también YHWH la tierra que da por herencia a Abram, como lo indica en génesis 15, 18-20 "En aquel día hizo YHWH un pacto con Abram diciendo: A tu simiente daré esta tierra desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates; Los Cineos, y los Ceneceos, y los Cedmoneos, Y los Hetheos, y los Pherezeos, y los Raphaitas, Y los Amorrheos, y los Cananeos, y los Gergeseos, y los Jebuseos."

Podemos decir entonces que Abram por su fe es salvo y esta le hace acreedor de una gran herencia, de la cual podemos ser también participes si tenemos como el fe en la Palabra del Señor, aunque nos parezca imposible de creer. Dios envió a su amado hijo para que el hombre por fe en el fuera salvo y libre, esta fuerza de la fe es verdadera y se encuentra corroborada por la experiencia de Abram, de quien salen muchas naciones y por quien empieza la verdadera esperanza en nuestro Señor. Es la fe en lo que no se puede ver la que nos puede salvar, es la certeza de que para Dios no existe nada imposible y que por la fe en El y en el sacrificio de sangre de su Amado Hijo seremos salvos, encontraremos perdón y todas nuestras heridas y dolores serán verdaderamente curadas. Alabanzas y Glorias a nuestro padre Celestial y a Su Amado Hijo, nuestro rey, salvador y juez, porque con su palabra nos llena de verdadera esperanza de vida.

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